El trayecto por el desierto es duro, sorteando dunas sin pausa. Los días son sofocantes y las noches, frías, aunque opta por caminar tras la puesta de sol, ya que soportarás mejor las temperaturas. En el horizonte verás las catataras, una maravilla que parece crear arena sin fin y que da nombre al desierto. Esta zona es el hogar de los kalans, gusanos enormes y traicioneros que viven bajo la arena y que acechan para atrapar a su próxima presa.
A lo largo del Desierto Infinito, encontrarás ruinas, estatuas y elementos arquitectónicos ancestrales. Algunos están deteriorados por el paso del tiempo y otros aparecen medio enterrados por la arena, pero en todos encontrarás rastros de la lengua farain. Y en ese recorrido, pasarás por el cementerio de huesos, una región abandonada que alberga esqueletos y fósiles gigantes de criaturas prehistóricas que antaño vivieron en Legendar.
Antes de llegar al mercado, encontrarás una zona compuesta por rocas de gran altura. Tienen formas extrañas, incluso semejantes a animales u objetos, e incluso hay puentes rocosos que conectan las distintas estructuras. Debido a la altura y densidad de las rocas, la zona es un laberinto donde muchos se pierden. Por eso, debes contar siempre con un buen mapa que te guíe si no quieres perderte en el desierto durante días.
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